Un abrazo
Un intento de abrazar a alguien que lo necesitaba en estos momentos donde la proximidad física está prohibida.
Te metes en la cama, dolida, cansada, pensando en aquellos que conocías que ya no estarán. Intentando evitar multiplicar por miles las historias familiares y de amistad que sabes hay detrás de esa cifra que crece a cientos cada dia.
A oscuras, en silencio, oyes la respiración del recién llegado durmiendo en su cuna. Ese desconocido tan deseado, tan querido que ocupa toda tu vida y tu corazón a diario.
Intentas distinguir si está tranquilo o el pobre pasará otra mala noche con los dientes. Intentas conciliar la normal impotencia de una madre por no poder evitar el sufrimiento de su hijo, con la impotencia de no poder hacer nada por los cientos de muertos que hay a diario. Nada mas que encerrarte en casa, semanas, meses… aun sin linea de llegada conocida.
Inquieta por el desasosiego que surge cuando la incertidumbre se cruza con el instinto protector.
Impotente de no poder hacer nada por esos que su vida ha truncado esta situación. Nada más que seguir ayudándolas con sus dolencias con ese amor, familiaridad y cercanía que tanto te caracteriza, pero sin romper esa falsa normalidad que los que guardan luto practican para hacer más llevadero los día sin la persona amada a su lado.
A oscuras, practicas las técnicas de relajación que tanto has predicado, intentando conciliar ese sueño que se te resiste. Acostumbrada a que la cama te quede el doble de grande porque lleva ya años fría de ese amor, compañero, amante, que te acompañe a diario unas horas, mientras bailan las adas, para preparate a afrontar un nuevo día lleno de retos y ambiciones.
Aun despierta, en ese lugar donde se mezclan los sentidos y los sueños, notas esa presencia familiar, cariñosa y cercana. Se acerca por tu espalda. Te pasa el brazo por debajo de la almohada para encontrar la mano que tienes yacida delante de ti. Notas como su otro brazo se desliza desde tu cintura, entre tus pechos para poner su mano en la intersección del esternón y las dos clavículas. Notas como una de sus piernas se desliza entre las tuyas como si de un abrazo de jirafas se tratase. Y notar como todo tu cuerpo hipotónico al ser abrazado va encajándose con el suyo hasta sentir como te llega a sujetar el alma.
Te da un beso justo detrás de la oreja a la vez que huele el aroma de tu pelo alimentando esa familiaridad, complicidad y union que solo un olor permite.
“Descansa. Duerme. Puedes dejar ir. Yo me ocupo de todo.” te susurra al oído.
“Gracias por confiar en mi y dejar que te cuide.”
A ti, desconocida compañía 🌹
@rulasg espero tus comentarios.